lunes, 26 de enero de 2009

Hay días que me deberían prohibir acercarme a un teclado.

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Vivimos en un mundo de cobardes.
De “culpables hasta que se demuestre lo contrario”.
De traidores.

De “aprovecho la coyuntura”. De víctimas y victimistas.
De verdugos.

Vivimos en un mundo que no ama. Áspero y frágil como sábanas viejas.

Hay veces que me parece que todo es gris,
que las sillas se clavan,
que sólo nos quieren aquellos que no tienen a nadie mejor.

Mi espalda se tuerce y me pesa el calendario.
La vista se nubla y vuelvo a enfermar.

Los primigenios despiertan.

Y es que estoy hasta los huevos.

De la gente que se ‘mola tanto’ que necesitan que los demás se lo recuerden todo el rato, no vaya a ser que se les olvide.

De los colegas péndulo (ahora estoy - ahora no estoy).

De los aprovechados.

De los que creen que el roce, en vez del cariño, da el derecho a hacer más daño, porque “Venga, que soy yo”.

De los que se van sin decir ni adiós. Y luego pasan meses llamando a tu puerta.

Brindo por los que están y no duelen. Por los que me quieren a pesar de mí misma. Por la nueva gente que está en mi vida y promete (quién sabe, pero prometen).

Brindo por mí, qué cojones, que ya son demasiadas ostias seguidas y me merezco un descanso, aunque sepa que en el fondo no soy tan buena como me gusta aparentar.

Hoy no me queda ni inspiración, ni dinero, ni fuerzas.
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lunes, 19 de enero de 2009

sábado, 3 de enero de 2009

Resumen

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Y aquí estoy. Rodeada de extraños.
Guardo más traiciones y más sombras en el alma.

Estoy más sola.
Soy más yo.
No quien quiero ser, más yo en realidad.

Casi no queda nadie de equipaje.
Pero los que están valen un mundo.

Sigo con mi silla a cuestas.
Aunque yo me lo he buscado.

Hace poco hice una lista de traiciones.
Cada año una nueva, más o menos.
Por lo menos los nombres no se repiten.
Eso debe ser que aprendo algo.


No puedo no querer a nadie, tampoco sería feliz si lo hiciera.
Todavía hay mucha gente que merece una charla y una cerveza.
Montones y montones de piel.
Un poco de inpiración a medias.


El dicho no está mal, pero creo que está incompleto.

Ya tengo una máxima para este año:

"El infierno son los demás...
El paraíso también."

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