viernes, 27 de junio de 2008

Desde que vi esta foto quiero unas braguitas rosas de volantes. Me da igual que las vaya a usar debajo de cuero negro.

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Quiero "mejorar".

Quiero dejar de arañarme las piernas por las noches.
Y quiero que sólo me gusten las canciones ñoñas.

Quiero no entender de política, como Ismael.
Ser normal, por una vez.

Sentirme cómoda si no visto de negro o marrón.

Dejar de tener pesadillas cada noche.

Quiero ser insensible, (just wanna be numb).
No tener estos cambios de humor tan raros.

Quiero que no me importe.

Que acabe junio de una vez y disolver mi ansiedad en sol y playa.
Quiero olvidarme de la silla que se me clava,
dejar de estar cansada de mí misma.

Quiero no recordar obsesiones pasadas, que emergen cada año cuando flaqueo.

Quiero confundirme con la gente.
Ser más bajita y vestir de beige y de rosa, como hacen las niñas "bien".

Quiero dejar de reinventarme a mí misma cada vez que cambia el viento.


La vida es más sencilla si no destacas, si estás dentro del canon. Creo que el truco está en no desear algo distinto, en ni siquiera considerar nada diferente.
El truco es lo que se me escapa. No me sale.

Me pregunto si realmente le sale a alguien.

Supongo que en realidad no deseo muchas de estas cosas, sino la sensación de encajar en algún sitio. En el patrón de "persona" de alguien. Mi hogar está al lado de quien no me juzga.
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jueves, 26 de junio de 2008

No me he marchado.

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Los exámenes acaban la semana que viene,

así que en seguida vuelvo.

Mientras tanto, os dejo un poema y un par de canciones,

ésta y ésta, aunque cualquiera valdría.

Besos a todos.
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miércoles, 11 de junio de 2008

Llevo ya varios meses hipnotizada por esta voz. Hay que ver la de cosas que pueden emerger de las profundidades con la música adecuada. Sus canciones suelen tener los links deshabilitados, y quizás éste mismo deje de funcionar dentro de poco, pero aún así me encantaría que escucharais esta canción. Aunque sobre todo querría que no os perdiérais esta otra.

miércoles, 4 de junio de 2008

Just a phase.

Cuando tengo cosas que debo hacer siempre recuerdo las que me apetecen. Últimamente la musa está incompleta, me deja notas a las que me siento incapaz de dar forma del todo.

Hoy me he levantado y he recordado mis gafas rotas.
Sin ponerme las lentillas me he quedado en la cama,
mirando el mundo borroso de mi alrededor.

Creo que pasé varios minutos llamando a mi gata
y al final resultó que era una mochila negra tirada en el suelo.

Mi gata, que me muerde y luego me lame la mano.
Mi gata que le gustan los yogures y lamer chicles de menta.
Mi gata que es más persona que muchas personas.

Me ha recordado a Tesa. Tan pequeñita que se perdía en mi cama,
y a cada caricia le preguntaba si era verdad que ya tenía edad
para hacer esas cosas.
Tesa mordía y arañaba el alma, te traicionaba mientras te hacía el amor.

Estoy cada vez más harta de tener la cabeza desamueblada. De no escribir nada que me llene. Será que este año he leído demasiados libros. Tengo el alma tan llena de cosas de otros que ya no me queda nada mío. Y ya no soporto los miles de primeros párrafos que soy capaz de imaginar.

Puede ser que siempre he sido amiga de hombres.
Que me gusta ser cruel.
Que sé disfrutar del juego.

Puede ser que conozca mis limitaciones y capacidades.
O que mi ego a prueba de balas protege mi autoestima destrozada.

Puede que, hablando en plata, me guste ser un poco zorra.
Que me gusta hacer equilibrios en la línea que separa la inocencia y la promiscuidad.

Y sin embargo estoy contenta. Todo me trata bien. Hasta el futuro me apetece. Quizás sea que no sé escribir si no estoy triste. Falta de práctica supongo. Y me sobran las ideas.

Una de las cosas más intensas que recuerdo de mi estancia en ese pequeño paraíso son las flores. Miles de campos parecían competir en belleza proporcionándome los más brillantes púrpuras, azules y dorados. Supongo que quizás los años de sombras y oscuridad me habían hecho más sensible a estas visiones pero en verdad creo que la luminosidad de aquellas flores tenía algo mágico, y probablemente así fuera. Recuerdo perfectamente un inmenso prado de flores amarillas que se extendía en la parte trasera de la casa. Todas esas flores se abrían cada mañana soltando enormes cantidades de polen dorado al viento de forma que el campo entero parecía envuelto en una neblina luminosa.

Una noche, sumergida en otro de mis extraños sueños febriles, me encontré observando ese campo.

Sin embargo, como dice Incubus, it’s just a phase. Tiene que serlo. Y volveré con fuerzas renovadas, y con muchas cosas que escribir. Con muchos segundos párrafos.


Mientras tanto, no quiero volver a descuidar esto. Me ha costado decidirme a salir aquí afuera, y ahora hasta hay gente que se pasa por aquí y lee lo que escribo. Eso es responsabilidad. O al menos ahora quiero que lo sea.

Prometido.