viernes, 21 de diciembre de 2007

Tierra.


Hay distintas formas de levantarse podrida.
La de hoy es soportable, pero endémica.
Creí que me había curado en octubre.

Odio ser escorpión conmigo misma.
Odio tirar piedras contra lo mejor que tengo.

Desde hace dos semanas ya no voy a clase.
Hay amigos de hace años a los que ya no les devuelvo las llamadas.
Y lo peor es que empiezo a acostumbrarme a ello.
Creo que no me apetece que las cosas me vayan bien.

Si supieras cómo soy no me querrías tanto. Si pudieras leer mi cabeza te daría asco. No puedo evitar escupir sobre las obras de arte, aunque luego me sienta jodidamente mal por ello. Odio esta silla que se clava y no me deja olvidarme que estoy sentada en ella. Odio saber que la opción más honesta jodería lo único que queda. Odio estar podrida, y sobre todo, odio saber que no intentaré arreglarlo.
Esperemos que la tierra sea suficiente.


PD: He deshabilitado los comentarios de este post. No creo que muchos sepais de qué va realmente y no me apetece comentarlo. Sorry.
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